domingo, 27 de enero de 2008

150.000 granadinos sufren demasiado ruido del tráfico.

Hay quien consigue interiorizarlo, incluso imaginarse que son las olas del mar. Pero sentir permantemente el paso de los coches puede reducir la calidad de vida del que lo padece. Y en esa situación están alrededor de 150.000 granadinos, el 20% de la población de la provincia.

Son los que viven junto a las autovías que recorren Granada y que por ello soportan un ruido de 55 decibelios o más, el límite que la legislación considera permisible. Ahí empieza la «incomodidad acústica», como describe la Organización Mundial de la Salud.

La A-44 es la autovía que más afecta a los granadinos, sobre todo en el tramo que pasa por la capital, la Circunvalación. Más de 35.000 vecinos de la ciudad (casi el 15% de sus habitantes) sufren un ruido superior al recomendado. Pero los coches de la A-44 molestan aún más en Ogíjares: nada menos que al 75% de sus habitantes, según el mapa de ruidos elaborado por el Ministerio de Fomento.

A su paso de norte a sur de la provincia, el ruido de esta autovía también llega con más de 55 decibelios a otras localidades: Alhendín (le afecta al 53% de los vecinos), y en porcentajes de entre el 15% y el 17% a otras como Maracena, Peligros o Albolote.

La Ronda Sur y su prolongación hacia Cenes (A-395) es otra de las vías ruidosas de la capital. Más de 26.000 granadinos que viven en esa zona padecen un ruido de 55 decibelios o más. Y 2.200 habitantes sufren al menos 75 decibelios. Por su parte, 13.000 habitantes de Santa Fe y Granada soportan más de 55 decibelios de la A-92 G, la carretera que une las dos ciudades.

También a hospitales y colegios

Hasta medio centenar de colegios y dos hospitales soportan más decibelios de los recomendable por el ruido del tráfico, según los mapas de ruido elaborados por Fomento y por la Junta. En la A-92 a su paso por la provincia están afectados 26 colegios por el ruido (además de unas 48.000 vecinos. Ahora estudiarán qué soluciones poner para amortiguar los decibelios.


Fuente original Aquí.

Familiares de los enfermos denuncian el ruido que padecen por las obras del hospital.

Familiares de los enfermos denuncian el ruido que padecen por las obras del hospital. La Voz Digital

El zumbido agudo de los taladros se cuela hasta el fondo de la sala de espera del hospital Puerta del Mar. El ruido es constante y pertinaz. Tanto, que en ocasiones apenas se oye el teléfono que comunica a la habitación con el exterior. «Este sonido es impresionante», se queja Antonia Moreno, de 59 años, que lleva 11 días pendiente de que su marido supere la neumonía que le tiene postrado en una cama.

Detrás está Adelina, que hace 22 días que no se mueve de un sofá negro donde parece haberse detenido el tiempo. A su lado, una mujer de pelo blanco y zapatos sintéticos de piel de leopardo hojea, sin apenas fijar la mirada, una de esas llamadas revistas del corazón. Prefieren pasar este tiempo juntas. Aunque antes de entrar en este cuarto de escasos diez por cinco metros y frías baldosas blancas en el suelo, fueran dos perfectas desconocidas. «Con los días nos hemos convertido casi en una segunda familia», dice la señora de los zapatos de leopardo con una sonrisa que se empeña en no perder. Ahora comparten cotilleos y bocadillos de tortilla que se les atragantan y rara vez consiguen terminar, según cuenta Adelina. La sala de espera de los familiares de enfermos ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital (UCI) se ha transformado en una especie de patio de vecinos. Aquí una veintena de personas, la mayoría mujeres por encima de los 50 años, engañan al tiempo tejiendo bufandas o charloteando sobre los personajes que aparecen en las publicaciones. Un patio de vecinos... si no fuera por ese temido megáfono que avisa cada poco de que alguno de los pacientes se ha puesto peor. O por los montones de mantas, cojines y almohadas que hacen las veces de cama provisional. Y de nuevo, esa taladradora.

Las obras para reformar la zona de Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario Puerta del Mar se ejecutan a escasos diez metros de esta sala reservada a quienes tienen un familiar ingresado en la Unidad de Ciudados intensivos. Los trabajos empezaron hace siete meses y no acabarán hasta finales de febrero, según afirma una portavoz de la Delegación provincial de Salud.

La cuadrilla de operarios que se afana por ampliar la unidad infantil hace saltar el pavimento por los aires; corta tuberías con ayuda de radiales, y reduce a polvo el techo para cambiar los viejos conductos de aire acondicionado por unos nuevos. «Lo que se oye ahora es una radial», explica casi a gritos Damián Porquicho, de 30 años y oficial de electricista en la obra, cuando se le pregunta.

La Delegación de Salud en Cádiz reconoce que no existe ninguna regulación especial en forma de ley o norma para acometer grandes obras en un centro sanitario. Nada que haga distinto ejecutar una reforma en una cafetería, por ejemplo, o un gran hospital como es el caso del Puerta del Mar, centro sanitario de referencia de la provincia. «No hay una normativa específica para los centros sanitarios. Están reguladas la normativa general, la Ley de Prevención de Riegos Laborales. Lo que sí se traza es un plan que coordina el calendario y horario de trabajo con los médicos y otros personal sanitario del centro», explica.

Unas reformas, dependientes de la Dirección de Servicios Generales del Puerta del Mar, en las que se cuida no interferir en las operaciones ni en los pacientes, pero que no tienen en cuenta a los familiares de éstos, según reconoce la portavoz de la Delegación.

Molestias «inevitables»

La ampliación de la Unidad de Urgencias Pediátricas es sólo una de las tres grandes obras que el Servicio Andaluz de Salud está llevando a cabo en el centro. Las Urgencias Generales también crecen desde hace un año para dejar más espacio a las consultas. Y en la Unidad de Cuidados Intensivos se gana espacio en los quirófanos.

La Gerencia del hospital, que dirige Asunción Cazanave, asume que es «inevitable que unas obras nos causen molestias». Pero también que es «responsabilidad del hospital reducir el impacto».

Sin embargo, para los delegados sindicales de UGT en el Puerta del Mar existe un problema de fondo: la falta de comunicación. «Desconozco si existe o no una legislación específica para poder llevar a cabo obras en el hospital. Lo cual significa que no la hay; y eso es una barbaridad y una irresponsabilidad», afirma Victoria Bautista, representante del sindicato.

La delegada sindical se queja además de que no se les haya consultado antes de iniciarse las obras, para participar en la redacción del protocolo de actuación durante las mismas. Una norma que la delegada de UGT dice «desconocer», a pesar de haberlo solicitado a la dirección del centro. «Es muy difícil no molestar a nadie cuando se hacen unas grandes reforma como éstas, pero hay cosas que son evitables», concluye Bautista.

Tal vez bastaría con trasladar a Antonia, a Adelina, o la señora de pelo blanco que hojea nerviosa la prensa rosa a otra habitación unos metros más allá del taladro que no cesa. Pero esa es una posibilidad que de momento, reconoce la portavoz de la Delegación de Salud, «no se contempla».

La ordenanza ´anti-botellón´ sancionará las aglomeraciones que creen ruido y molestias.

Faro de Vigo - Pontevedra - La ordenanza ´anti-botellón´ sancionará las aglomeraciones que creen ruido y molestias

N. D. / PONTEVEDRA El gobierno local ya tiene ultimada la ordenanza municipal que pretende poner coto al fenómeno del "botellón", una norma que se ha desgajado de otra ordenanza en marcha, la del uso de los espacios públicos urbanos, y cuya filosofía será la de impedir, prohibir y sancionar aquellas aglomeraciones que perturben la convivencia y que se consideran molestas y ruidosas. Esta normativa, que contará con menos de diez artículos, podría estar en vigor el próximo verano, coincidiendo con la remodelación que se lleva a cabo en el Campillo de Santa María, principal escenario del "botellón" en la ciudad.

Esas obras se presentan como la oportunidad para erradicar estas aglomeraciones de ese punto, y ya se ha advertido una cierta "dispersión" de los jóvenes a otros espacios urbanos. Aunque la ordenanza no especificará, en principio, ningún espacio alternativo para celebrar el "botellón", sí se hace especial hincapié en la necesidad de preservar el derecho al descanso de los vecinos, por lo que la prohibición de estas aglomeraciones será "general", aunque se podría admitir en aquellos sitios "donde sea compatible", entre ellos, el recinto ferial, espacio al que el BNG aspira a trasladar el fenómeno, pero con el desacuerdo de sus socios del PSOE, que apuestan por una prohibición más radical.

Estudio jurídico

El pasado mes de diciembre, el concejal de Seguridad Ciudadana, Guillerme Vázquez, anunciaba la elaboración de esta ordenanza para "prohibir realizar determinadas actividades en determinados espacios públicos e incluirá sanciones para los infractores". Dos meses después, ese documento está "prácticamente listo", según han admitido fuentes municipales, pero se mantiene un notable mutismo sobre su contenido, a la espera de disponer de todos los informes técnicos. El estudio jurídico ha sido especialmente intenso, toda vez que "se incide en derechos y libertades", aunque siempre con el objetivo de "conjugar el derecho a la diversión con el derecho al descanso. Se trata de regular ambos aspectos para llegar a un equilibrio", apuntan las mismas fuentes.

La intención municipal es que la junta de gobierno analiza este borrador de ordenanza en los próximos quince días, para después lleva a cabo los trámites administrativos de exposición al público y debate municipal, con lo que su entrada en vigor se llevaría a cabo a principios del verano, justo en el arranque de la "temporada" de mayor incidencia de este fenómeno. A partir de ese momento quedarían prohibidos ciertos espacios y se aplicaría el régimen sancionador previsto.

Guillerme Vázquez ha apuntado en varias ocasiones que el objetivo es que "el botellón no se realice en un espacio donde moleste a los vecinos" y ahí será donde entre en juego esta ordenanza, que "será debatida por los grupos municipales y que tendrá más o menos éxito "en función del apoyo social y política que tenga" .El edil insiste en que "muchos sectores consultados son partidarios del traslado", y quiso dejar claro que "no se trata de institucionalizar nada, sino de tratar de resolver un problema de convivencia", estableciendo el recinto ferial como posible espacio alternativo.

Novetlè alza la voz contra el ruido.

Levante-EMV - Comarcas - Novetlè alza la voz contra el ruido

En las ciudades, ruido. Y en los pueblos, tranquilidad. Esa es la teoría. Pero en Novetlè, un municipio de 800 habitantes pegado a Xàtiva, la teoría se queda en eso, en teoría. Allí, el paso de ferrocarriles y el tránsito de vehículos por la circunvalación CV-645 genera un problema de contaminación acústica poco acorde con los estereotipos bucólicos de la vida rural. Y el ayuntamiento va a intentar solucionarlo.

Todo se concentra en una recta de 800 metros situada en la parte baja del pueblo, en la calle Enric Valor. Decenas de adosados tienen enfrente, a escasos 40 metros, la carretera que comunica la Vall d'Albaida con Xàtiva, y una plataforma de siete metros de altura por la que circulan trenes de cercanías. Por debajo de los cercanías viajan ahora ruidosos convoyes de mercancías. Y a partir de 2010 también utilizará esa vía el AVE Madrid-Valencia.

"Todos estos efectos aditivos hacen que el nivel de ruido existente en la zona esté por encima de los límites permisibles". Así lo asegura la memoria del proyecto que el Ayuntamiento de Novetlè va a presentar ante el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). El consistorio solicita la colocación de una pantalla acústica de 3 metros de altura por 4 metros de grosor que discurra paralela a la carretera a lo largo de 400 metros, los que afectan a las viviendas.

Como explica gráficamente el redactor del proyecto, el ingeniero Joan Andreu Morant, esta barrera acústica "es como un sandwich: fibras metálicas en los extremos y un material aislante en el medio". Para evitar que aumente el impacto visual en estas casas con vistas al AVE, las pantallas acústicas se ocultarían detrás de la vegetación que ahora separa la carretera y la plataforma ferroviaria de los adosados y su vial.

Esta barrera, cuyo presupuesto asciende a 188.000 euros, está preparada para reducir 25 decibelios el nivel acústico. Pero al no cubrir todo el espacio aéreo (por encima de los tres metros seguiría entrando el ruido), "el aislamiento real que provocaría la pantalla sería menor", especifica el ingeniero. Hasta ahora no se ha llevado a cabo ninguna medición acústica en Novetlè. Pero Morant calcula que a las puertas de las viviendas -equipadas con cristales aislantes- habrá un valor medio de 65 decibelios (el doble de la normativa), con puntas de hasta 85 decibelios.

Fruto de urbanizar al noroeste

La alcaldesa de Novetlè, Fina Mateu (PSPV), aseguró a este diario que el Ministerio de Fomento se ha comprometido a que, una vez entre en funcionamiento el AVE, los técnicos realizarán un estudio para valorar su impacto acústico y, si es necesario, colocar pantallas. "Pero como hemos visto esta oportunidad de los fondos Feder, vamos a ver si podemos solucionar antes el problema", explica Fina Mateu.

La propuesta ha sido aprobada por unanimidad de los grupos políticos. Pero el portavoz de Novetlè per a Viure-EUPV-Verds, Antonio López, critica que el problema del ruido es fruto de la decisión del ayuntamiento de urbanizar hacia la circunvalación trazada en los años noventa. "Lo lógico -añade el concejal- hubiera sido mantener el naranjal que había enfrente de la carretera para que aislara al pueblo de los ruidos y construir hacia la montaña. Pero aquel paraíso se destruyó".

Canarias se prepara para el II Foro Internacional de Inversión en Empresas de Alta Tecnología.

Crece la jurisprudencia que condena a las administraciones públicas al pago de indemnizaciones por dejación de funciones, deficiente atención al ciudadano y negligencia.

Una reciente sentencia del Tribunal Supremo de fecha 11 de noviembre de 2007 reseña diversas consideraciones contenidas en la sentencia del Tribunal Constitucional STC 119/2001, de 8 de junio de 2001, en la que, invocando a su vez la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos -se citan, entre otras, las SSTEDH de 21 de febrero de 1990 (caso Powel y Rayner contra el Reino Unido), 9 de diciembre de 1994 (caso López Ostra contra Reino de España) y 19 de febrero de 1998 (caso Guerra y otros contra Italia)- viene a advertir que "...en determinados casos de especial gravedad, ciertos daños ambientales, aun cuando no ponga en peligro la salud de las personas, pueden atentar contra su derecho al respeto de su vida privada y familiar, privándola del disfrute de su domicilio. Y que debe merecer la protección dispensada al derecho fundamental a la vida personal y familiar, en el ámbito domiciliario, una exposición prolongada a determinados niveles de ruido que puedan objetivamente calificarse como evitables e insoportables, en la medida que impidan o dificulten gravemente el libre desarrollo de la personalidad, siempre y cuando la lesión o menoscabo provenga de acciones y omisiones de entes públicos a los que sea imputable la lesión producida".

Así el derecho a la intimidad personal y familiar tiene por objeto la protección de un ámbito reservado de la vida de las personas excluido del conocimiento de terceros, sean éstos poderes públicos o particulares, en contra de su voluntad. Igualmente, hemos puesto de relieve que Constitucionalmente se protege "la inviolabilidad de la persona, no sólo contra ataques dirigidos a lesionar su cuerpo o espíritu, sino también contra toda clase de intervención en esos bienes que carezca del consentimiento de su titular".

Y como "domicilio inviolable" se entiende el espacio en el cual el individuo vive sin estar sujeto necesariamente a los usos y convenciones sociales y donde ejerce su libertad más íntima. Y el objeto específico de protección en este derecho fundamental es tanto el espacio físico en sí mismo como también lo que en él hay de emanación de la persona que lo habita.

Señalar que estos derechos han adquirido una dimensión positiva en relación con el libre desarrollo de la personalidad, orientada a la plena efectividad de estos derechos fundamentales. En efecto, habida cuenta de que nuestro texto constitucional no consagra derechos meramente teóricos o ilusorios, sino reales y efectivos se hace imprescindible asegurar su protección no sólo frente a las injerencias ya mencionadas, sino también frente a los riesgos que puedan surgir en una sociedad tecnológicamente avanzada.

En esta tesitura la administración no puede hacer dejación de la competencia y responsabilidad que tiene en materia de medio ambiente y salubridad pública. Además el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas declara la competencia general de los órdenes municipales para la vigilancia del cumplimiento de las disposiciones sobre la materia y, más particularmente, les reconoce funciones de inspección sobre las actividades que vengan desarrollándose y potestad para adoptar medidas frente a las deficiencias comprobadas.

En conclusión, el ruido puede llegar a representar un factor psicopatógeno destacado en el seno de nuestra sociedad y una fuente permanente de perturbación de la calidad de vida de los ciudadanos. Así lo acreditan, en particular, las directrices marcadas por la Organización Mundial de la Salud sobre el ruido ambiental, cuyo valor como referencia científica no es preciso resaltar.

En ellas se ponen de manifiesto las consecuencias que la exposición prolongada a un nivel elevado de ruidos tienen sobre la salud de las personas (v. gr. deficiencias auditivas, apariciones de dificultades de comprensión oral, perturbación del sueño, neurosis, hipertensión e isquemia), así como sobre su conducta social (en particular, reducción de los comportamientos solidarios e incremento de las tendencias agresivas).

mym@mymabogados.com

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