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miércoles, 23 de enero de 2008

Las mediciones de Afectados por la Movida superan los límites de ruido en siete calles.

Las mediciones de Afectados por la Movida superan los límites de ruido en siete calles. El Comercio

Los niveles de ruido en el interior y en el exterior de las viviendas del casco antiguo superan los límites permitidos. Así concluye el informe que la Asociación de Vecinos Afectados por la Movida trasladó ayer al concejal de Seguridad Ciudadana, Jaime Reinares, y al jefe de la Policía Local, José Manuel López. A la reunión también estaba citado el concejal de Urbanismo, Alberto Mortera, quien no asistió.

La asociación encargó a la empresa Eurocontrol S. A. que calibrara las emisiones sonoras de bares en las calles Padre Suárez, Carta Puebla, Altamirano, Oscura, Mon, Postigo Alto, San Antonio y en la plaza de Riego. Los técnicos tomaron medidas en el mes de junio, entre las 03.02 y las 06.26. Todas las cifras superaron los máximos establecidos por la Ordenanza Municipal de Medio Ambiente.

El nivel más elevado en el interior de las viviendas se registró en Carta Puebla, con 20,60 decibelios más de los 28 permitidos. En cuanto al exterior, la calle más ruidosa fue Mon, con 68,40 sobre los 40 legales.

Además de informar en el Ayuntamiento sobre los resultados del estudio, el colectivo solicitó en la reunión de ayer un listado de las licencias concedidas a los locales de esas calles, para denunciar los posibles incumplimientos. Desconoce además cuál es la normativa que está aplicando el Gobierno local para la concesión de dichos permisos hosteleros.

Según apuntó Miguel Clemente, presidente de la asociación, algunos establecimientos ponen un cartel de «música amplificada hasta 85 decibelios». Según Afectados por la Movida, la única licencia municipal que existe es de 90 decibelios, reservada para aquellos locales que atesoran el correspondiente aislamiento sonoro.

Tasa y Mortera

La asociación también protestó por el cobro de una tasa de 150 euros a quien denuncia un exceso de ruido si luego las mediciones no superan el mínimo. Reinares se comprometió a eliminar ese importe, a la par que recibió la queja de los vecinos por los constantes altercados durante los fines de semana.

Según Afectados, muchas de sus demandas se quedaron sin abordar ayer debido a la ausencia de Mortera, a quien acusaron de «falta de seriedad, porque su presencia era muy importante».

jueves, 10 de enero de 2008

La Síndic dice a Alperi que al ignorar las denuncias por ruido se vulneran los derechos fundamentales.

Terra Actualidad - VMT

La contaminación acústica genera perniciosas consecuencias para la salud de los ciudadanos. Y al ignorar las molestias por ruido, el Ayuntamiento vulnera los derechos fundamentales. La Síndic de Greuges insta al Consistorio a responder a la solicitud de un grupo de vecinos de Alicante que, afectados por el ruido de un bar, reclaman mediciones sonométricas durante la madrugada de los fines de semana.

Y es que, tras la denuncia formulada por los vecinos afectados, los técnicos municipales se desplazaron hasta el local de ocio -que además dispone de billar- para realizar mediciones, pero lo hicieron un martes y no de madrugada. Los vecinos argumentan, en su queja ante el Síndic, que las mediciones deben realizarse en sus viviendas y el fin de semana, cuando la música está más alta y el 'los golpes de los palos y las bolas son constantes y molestos'. Además, insisten en que la zona de billar no está insonorizada.

Por ello, la Síndic insta al Ayuntamiento a realizar las mediciones y, en caso de que sean superiores a los límites establecidos por la Ley, a obligar al local a adoptar las medidas oportunas.

En su argumentación, la Sindicatura recuerda una sentencia de noviembre de 2004 del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el que el Alto Tribunal reconoce la vulneración del derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio por la pasividad del Ayuntamiento de Valencia para evitar los ruidos nocturnos en un barrio de la ciudad, zona acústicamente saturada. En esta sentencia se dice que la Administración municipal toleró el incumplimiento reiterado de la regulación que ella misma había establecido. En la condena, la sentencia obligó a pagar al Consistorio de Valencia más de 3.000 euros al vecino afectado por los ruidos.

Las molestias por ruido van en aumento en la Comunitat Valenciana. Y en Alicante, a pesar de la existencia de una ordenanza municipal sobre ruidos y vibraciones, más de un 22 por ciento de ciudadanos soporta cada noche niveles de ruido superiores a los permitidos por la Unión Europea, según un estudio realizado por el propio Ayuntamiento. Según el mapa de ruido elaborado por encargo municipal, el 24,6 por ciento de la ciudad debe reducir su nivel de ruido para adecuarse a los niveles de contaminación acústica recomendados, mientras que otro 54 por ciento de la superficie de la ciudad se encuentra dentro de los niveles aceptables de contaminación acústica.

Además, los profesionales sanitarios coinciden al afirmar que los problemas de audición aparecen ahora en edades más tempranas que hace años. La contaminación acústica en las ciudades ha colaborado en esta circunstancia. Para poner fin a estos problemas, el Gobierno central ha elaborado una serie de medidas de obligada aplicación en edificios nuevos, entre las que destaca la mejora de los niveles de aislamiento o de las instalaciones de fontanería o saneamiento.

miércoles, 2 de enero de 2008

Juristas Contra el Ruido anima a los ciudadanos a denunciar a la Administración pública cuando ésta incumpla la normativa.

JURISTAS CONTRA EL RUIDO ANIMA A LOS CIUDADANOS A DENUNCIAR A LA ADMINISTRACIÓN CUANDO ÉSTA INCUMPLA LA NORMATIVA

MADRID, 02-ENE-2008

Joaquín José Herrera, presidente de la asociación de Juristas Contra el Ruido (JCR), animó hoy a los ciudadanos a denunciar a las administraciones cuando éstas vulneren los niveles de ruido permitidos por la ley.

De esta forma, hacía alusión a la decisión del Tribunal Supremo que confirma la condena al ayuntamiento de Bilbao a pagar 10.000 euros a un vecino por el ruido que producía el camión del servicio municipal de limpieza los domingos.

Herrera considera que acudir a los tribunales es "la única solución para que los ayuntamientos apliquen la normativa medioambiental", y lo califica de "paradójico", pues son los propios ayuntamientos quienes deben aplicar las normativas del ministerio de Salud.

El presidente de JCR destacó el hecho de que el ayuntamiento de Bilbao recurriera la primera sentencia, enfrentándose así a un ciudadano que simplemente quería que su administración cumpliera la legislación en vigor.

Considera Herrera que se han invertido los papeles, y que los ciudadanos están ejerciendo la labor de control que deberían llevar a cabo los ayuntamientos.

Por último, valoró en gran medida la sentencia del Tribunal Supremo, y espera que se cree un precedente para que las administraciones comiencen a cambiar sus actitudes en materia medioambiental.

domingo, 30 de diciembre de 2007

Loco por las campanadas de la catedral...

- EL MUNDO | Suplemento cronica 636 - 'Loco por las campanadas de la catedral'

Cuando mañana siga con delectación el sonido de las campanadas acompasado con las uvas, piense que hay quien pasará un mal rato. Es el caso de Antonio Rus, de Jaén, inmerso en un pleito interminable.

Lleva un cuarto de siglo viviendo a golpe de campana. Los cuartos, las medias, las enteras... Y no aguanta más. Por fin, tras una década denunciando el exceso de ruido que producen los repiques de la catedral de Jaén, Antonio Rus ha dado su campanada particular al conseguir que el máximo tribunal andaluz le dé la razón y ordene al Ayuntamiento de la ciudad que mida los decibelios que emiten las campanas del templo por si exceden el límite legal.

Y, por paradojas de la vida, la decisión ha llegado días antes de que toda Andalucía escuche en directo ese sonido. Mañana, millones de andaluces se comerán las uvas viendo por la televisión autónoma el último ritual del año, ese que, si fuera por este archivero municipal jubilado, tendría que transmitirse a volumen real para que sus paisanos supiesen lo que es vivir en el infierno. Aunque sea junto a una catedral...

Desde la terraza del ático de Antonio se contempla la majestuosa obra renacentista del arquitecto Andrés de Vandelvira. ¡Qué bonita sería si no fuese por el ruido de esas malditas campanas! Rus sostiene que su continuo repicar le produce un malestar que ha afectado a su vida y a su salud. «Es como si sonaran en mi habitación. Me estoy volviendo loco», se queja el hombre que pasea diariamente acompañado de una carpeta en la que lleva la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, TSJA, para mostrarla a quien se lo requiera, junto a sus escritos al Defensor del Pueblo o la Casa Real.

Como consecuencia de la primera denuncia presentada por Antonio en noviembre de 1.999, el Ayuntamiento de Jaén procedió a medir los ruidos en su domicilio. El resultado fue un informe del ingeniero municipal en el que calificaba de «intolerable» el nivel acústico. Pero la denuncia fue archivada por razones administrativas.

En 2004 Antonio Rus interpuso un recurso contencioso administrativo, para la protección de sus derechos fundamentales, que no fue admitido a trámite. Sin embargo, su apelación fue escuchada por el TSJA que ha emitido un fallo, contra el que no cabe recurso alguno, en el que insta al Ayuntamiento de Jaén a realizar las mediciones acústicas pertinentes a las campanas de la catedral. «Lo ideal sería que lo hicieran mañana, coincidiendo con las campanadas de fin de año», asegura el denunciante.

Pero Antonio se ha quedado solo en esta lucha porque la mayoría de los jienenses antepone la tradición a su derecho a dormir. «El sonido de las campanas forma parte de Jaén desde hace muchos años»; «Es un poco ridículo. Más ruido produce el tráfico o los botellones y contra eso no se hace nada»; «Si le molestan las campanas, que se mude a otra parte, que la Catedral ya estaba aquí desde hace mucho», comentaban unos y otros al enterarse de que se pueden quedar sin campanas.

No es la primera vez ni será la última que el ruido de los repiques genera auténticas guerras vecinales. La geografía nacional está llena de casos similares al de Jaén. Uno de los más evidentes se dio en la iglesia parroquial de Villahoz, un pueblo de Burgos cuyas campanadas fueron declaradas ilegales por una sentencia del 2002 por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

En este caso, sí existió una medición de decibelios, tanto de día como de noche. La nocturna, en concreto, arrojó un balance de 88,9 en la fachada exterior, cuando el máximo legal es de 45. La diurna también sobrepasó el límite: 82,5 sobre una barrera legal de 55. A pesar del exceso acústico, los vecinos boicotearon a la Guardia Civil cuando llegó al pueblo con un mandato del juez de Lerma para silenciar el reloj. Un centenar de ellos se manifestaron posteriormente para pedir su reinstalación.

ANTECEDENTES

Un vecino de Bétera, en Valencia, llegó a denunciar al párroco y a la alcaldesa por el ruido de las campanas de la iglesia. El afectado asegura que los 72 repiques diarios le provocaban insomnio y ansiedad y que necesitó tratamiento psiquiátrico. En el pueblo canario de San Sebastián de la Gomera la situación se ha complicado aún más desde que un vecino boicotea las misas con música heavy a todo volumen para quejarse por las campanas.

El Ayuntamiento de Baza (Granada) ha sancionado con 600 euros a un santero de la localidad por el elevado volumen de las campanas que repican constantemente en el campanario que él mismo construyó. El hombre, lejos de amilanarse, las hace repicar ahora con más fuerza interfiriendo, incluso, en las misas oficiales de la iglesia del pueblo.

Para evitar este tipo de problemas muchas iglesias, como la propia catedral de Valencia, han optado por silenciar las campanas de noche. Y en algunos pueblos, como el de Cunit, en Tarragona, hacen hasta de despertador con polémica incluida. Los vecinos han pedido al Ayuntamiento que retrase la hora del primer repique -las ocho de la mañana- para poder dormir mientras que desde el consistorio aseguran que ésa es una buena hora para levantarse.

Para la responsable de la empresa fundidora de campanas Rosas, en Jaén, con 300 años de experiencia en el sector, muchos son los factores que influyen en la sonoridad de las campanas. «Los decibelios que emiten las campanas son variables en cuanto a su tamaño, peso o diámetro, así como de los sistemas empleados para hacerlas sonar. Si el toque se realiza manualmente el ruido cambia de una a otra. Si, por el contrario, las campanadas se producen mediante electrificación los toques son constantes y no sufren alteraciones en la emisión de decibelios», explica María del Mar, la propietaria de la fundación.

La mujer reconoce que últimamente las leyes sobre contaminación acústica y medio ambiente han repercutido de manera notable en la petición de sus clientes a la hora de solicitar una determinada campana. «Los responsables de los campanarios conocen cada día más las leyes y es habitual que en un pedido la campana sea de baja sonoridad y totalmente automática. Esto último se realiza con un sistema de ordenador que ajustando sus toques mediante un programa, puede ser activada por un simple mensaje SMS desde el móvil del campanero», asegura.

Para hacernos una idea: un sólo toque de la mayor campana del mundo, la Tzar Kolokol, ubicada en el palacio del Kremlin de Moscú tiene un sonido similar a la sirena del mayor buque trasatlántico del mundo. Imaginen lo que sería vivir cerca de ella. Seguro que nuestro protagonista, Antonio, ya se habría vuelto loco...

miércoles, 29 de agosto de 2007

El concello cierra una terraza en Panxón por exceso de ruido.

Faro de Vigo - El concello cierra una terraza en Panxón por exceso de ruido

N. PILLADO / NIGRÁN Exceso de ruidos y falta de licencia municipal son las infracciones atribuidas a los propietarios de una terraza ubicada en el paseo marítimo de Panxón. El alcalde, Efrén Juanes, ordenará en los próximos días el precintado del local después de que sus responsables hiciesen caso omiso a varias advertencias.

La parroquia de Panxón perderá así su terraza de moda este verano. Los turistas que disfrutan de la noche en la zona se lamentarán de la decisión del gobierno municipal, pero numerosos vecinos saldrán beneficiados. Y es que tanto la Policía Local como el ayuntamiento han recibido decenas de denuncias de residentes en el entorno cuyo descanso se ve alterado cada día por la música alta y el bullicio de los clientes en las mesas y sillas colocadas a la intemperie. Agentes municipales acudieron a la zona en diversas ocasiones para medir la intensidad del sonido que emite el pub y comprobaron el exceso de decibelios.

Infracción urbanística

Pero el local no sólo incumple la normativa referida a los ruidos. El concejal de Urbanismo, Juan Antonio González, asegura que carece de licencia para colocar la terraza. El pub, llamado "VIP", se ubica en las instalaciones del antiguo restaurante Eladio. La terraza ha sido instalada en una especie de azotea que antes del traspaso era el tejado del anterior establecimiento hostelero. Según los datos de González, los dueños del negocio ni siquiera contaban con permiso para realizar la reforma que les permite colocar las mesas y sillas.

sábado, 7 de julio de 2007

La ordenanza del ruido penaliza la acción ciudadana en caso de «denuncias temerarias»

levante-emv.com - La ordenanza del ruido penaliza la acción ciudadana en caso de «denuncias temerarias»

H. G., Valencia


La concejal socialista, Carmina Del Río, avanzó ayer en rueda de prensa las alegaciones que presentarán el lunes al proyecto de la ordenanza municipal contra la contaminación acústica. El PSPV considera que la normativa contiene aspectos «ilegales». En concreto, solicitará que se reformule «de arriba a abajo» el artículo 55, que regula las denuncias sobre ejecución de obras, mantenimiento de la edificación y actividades, porque «pone trabas a la acción y a la denuncia ciudadana». Según el texto actual del citado artículo, el ayuntamiento podrá determinar si una denuncia por ruido es «temeraria» y penalizar al denunciante cargándole el coste de los trámites asociados a la denuncia (inspecciones de policía, mediciones sonométricas, etc.). Además, no se admitirán las «denuncias reiteradas» sobre el mismo hecho durante tres años.

La concejal Del Río aseguró que la normativa es «contraria a derecho porque obliga al ciudadano a asumir los costes por lo que es la normal actividad de la administración pública». Así, se preguntó quién y bajo qué criterios se determinará si una denuncia es temeraria y advirtió que «podría darse el caso de que un vecino que denuncie las molestias por ruido del pub de debajo de su casa acabe viéndose obligado a pagar» las mediciones del ruido de la policía local. El consistorio también podrá requerir al ciudadano que aporte pruebas periciales sobre la incorrecta insonorización de los edificios.

Del Río insistió en que en la ordenanza, que está en fase de alegaciones hasta el día 10 de julio, «entorpece los derechos de los ciudadanos», se opone a principios generales que marcan la actividad administrativa y «propugna la inactividad de la Administración». La ordenanza obliga al ciudadano a identificarse para que la administración actúe ante una queja por ruidos, lo que obliga al denunciante a ser parte del procedimiento de denuncia. El apartado 3 del artículo 55, que regula el mantenimiento de ascensores y puertas motorizadas, establece que el ayuntamiento sólo atenderá las denuncias por ruidos durante el primer año de funcionamiento desde la licencia de ocupación y durante los tres primeros años si el aislamiento acústico es defectuoso. El PSPV presentará un total de nueve alegaciones a la comisión municipal del ruido del próximo lunes.