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lunes, 21 de enero de 2008

Un tercio de los jóvenes está expuesto a niveles peligrosos de ruido.

Un tercio de los jóvenes está expuesto a niveles peligrosos de ruido | LANACION.com

Escuchar música a altos niveles sonoros, ya sea por el uso de iPod, MP4, MP3 y discman o concurrir habitualmente a discotecas está provocándole pérdida de la capacidad auditiva (hipoacusia) a un alto porcentaje de adolescentes y jóvenes.

Según la primera etapa de una evaluación auditiva realizada en distintos colegios de nivel secundario, un tercio de los estudiantes sufren una exposición excesiva a ruido no ocupacional, es decir, durante las horas dedicadas a la recreación. "Los jóvenes se exponen frecuentemente a ese tipo de ruido durante sus actividades de esparcimiento, en especial las relacionadas con música", comentó el doctor Mario Serra, director del Centro de Investigación y Transferencia en Acústica (Cintra), de la Universidad Tecnológica Nacional, en Córdoba.

Junto con la doctora Ester Biassoni, experta en psicoacústica del Cintra, Serra codirige un grupo multidisciplinario de investigadores del Centro de Alta Tecnología de Otorrinolaringología, del Hospital de Córdoba y del Centro Piloto de Detección de Errores Metabólicos (Universidad Nacional de Córdoba) para poner en práctica un programa de conservación y promoción de la salud auditiva adolescente.

Su aplicación comenzó en 2006, con la participación de 210 alumnos de entre 14 y 15 años, de una de las principales escuelas técnicas de la ciudad de Córdoba, y continuó en otros establecimientos educativos similares. "La idea es realizar un seguimiento en la evolución de la función auditiva hasta que los estudiantes cumplan 18, además de brindarles asesoramiento adecuado y derivarlos a centros asistenciales cuando se detecta algún problema auditivo", explicó Serra.

El trabajo, publicado en The American Journal of Audiology, ayudará también a "determinar la capacidad auditiva de los jóvenes mediante técnicas avanzadas de medición en audiología para probar su validez como predictoras tempranas de hipoacusia por exposición a ruido", agregó.

Para realizar el estudio auditivo en los colegios, los investigadores transformaron un utilitario en una verdadera cabina audiométrica móvil. Además, el equipo realiza un relevamiento acústico para medir los niveles de ruido a los que se someten los jóvenes durante distintas actividades recreativas.

El Cuestionario de Actividades Extraescolares ayuda a los investigadores a conocer cómo los jóvenes evalúan tales actividades y revela la relación entre ciertos rasgos de personalidad y conductas de esparcimiento. Justamente, ese cuestionario demostró que un tercio de los adolescentes estudiados hasta ahora está expuesto a niveles dañinos de ruido.

Actividades riesgosas

Entre las principales preferencias recreativas "ruidosas" de los adolescentes está ir a lugares bailables, usar equipos personales de música, tocar instrumentos musicales de gran potencia sonora, como la batería, y participar en grupos musicales, entre otras.

"También hay actividades no musicales, como la práctica de ciertos deportes, tiro al blanco, uso de petardos... En definitiva, hobbies que implican la utilización de herramientas ruidosas y que son más frecuentes en los varones que en las mujeres", comentó Serra, para quien la característica común de todas esas actividades es su "peligrosidad" para la función auditiva. "La percepción auditiva va disminuyendo progresivamente desde las frecuencias altas [agudos] hacia las que intervienen en la comprensión del lenguaje hablado, lo que deteriora la comunicación interpersonal."

Los 85 decibeles (dB) son el límite entre la exposición "peligrosa" y "no peligrosa" a ruido continuo. Sin embargo, indicó el coautor, "mediciones en discotecas de la ciudad de Córdoba muestran valores de entre 104,3 y 112,4 dB, con picos de hasta 119 dB".

Serra y Biassoni observaron que trabajos científicos señalan la incidencia de factores personales en el consumo de música y la participación en actividades recreativas ruidosas entre los adolescentes. "Esos estudios indican que la juventud considera los ambientes ruidosos como excitantes y acordes con un comportamiento exuberante. Es más -dijo Biassoni-, se habla de «fenómeno de ruido social» para describir la tendencia de los jóvenes a frecuentar lugares bailables y hacer otras actividades ruidosas."

La experta señaló que existen adolescentes con oídos más sensibles que otros a la exposición a altos niveles sonoros. "En estos casos, que quizás se deban a factores genéticos por estudiar y que el programa contempla, los oídos sufren daño más precozmente. Pero siempre la mejor forma de evitar la hipoacusia es la prevención."

Fuente: Agencia CyTA-Instituto Leloir

domingo, 6 de enero de 2008

El nivel de ruido se mantiene incompatible con el descanso.

Faro de Vigo - Gran Vigo - El nivel de ruido se mantiene incompatible con el descanso

El reparto de unos 1.000 jóvenes los viernes y casi 2.000 las noches de los sábados en el centro de Vigo genera problemas a los vecinos, especialmente a los del casco viejo y Montero Ríos, zonas donde se reúne gente hasta más altas horas de la noche.

Por primera vez, el Valedor do Cidadán y su equipo han realizado mediciones de contaminación acústica en el interior de las viviendas antes y durante el "botellón". Los resultados de cuatro semanas de trabajo son claros, de media, en los inmuebles del casco antiguo y alrededores se registran durante la noche hasta 40 decibelios, cuando el límite máximo que fija la ordenanza municipal para poder dormir se establece en 30.

Las diferencias por calles son grandes en función de las costumbres de quienes salen. Así, las primeras mediciones acústicas registraron a las 03.00 de la mañana 32 decibelios en O Berbés y entre 35 y 42 en las inmediaciones de las Ostras, cuyos vecinos aseguran no poder dormir.

miércoles, 2 de enero de 2008

Vecinos de La Princesa critican el ruido de un lavacoches.

La Opinión de Málaga - Málaga - Vecinos de La Princesa critican el ruido de un lavacoches

La asociación de residentes denuncia la incursión de grupos de jóvenes con coches y motos en las horas en las que `El elefante azul´ no tiene vigilancia.

ALFONSO VÁZQUEZ. MÁLAGA

La asociación de vecinos de La Princesa ha denunciado las molestias que se producen en el negocio de lavado de coches `El Elefante azul´, en el Carril de la Cordobesa. Según la asociación, grupos de jóvenes con coches y motos se introducen en el lavacoches en las horas en las que el negocio no cuenta con vigilancia, e incluso tras el cierre.

`El Elefante azul´ funciona de lunes a domingo de 8 de la mañana a 11 de la noche, y según explican los vecinos, cuenta con vigilancia de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas.

"Los niños saltan la valla, abren la puerta y se ponen con los coches y con la radio", explica Miguel Gómez, un vecino. Por su parte el presidente de la asociación de vecinos de La Princesa, José García, destaca que también tras el cierre del negocio se producen estas incursiones aunque subraya que es muy difícil que estos jóvenes sean sorprendidos por la policía. "Cuando se llama a la policía se han pirado".

La asociación de vecinos ya presionó en 2003 para que el negocio dejara de estar abierto 24 horas al día, de lunes a domingo. El Ayuntamiento lo cerró entonces durante cerca de cuatro meses, al superar los niveles de contaminación acústica. El presidente vecinal recuerda que sin vigilancia "no hay nadie que durante el día le diga a la gente que apague la radio o se comporte". Los vecinos también denuncian que carece de mamparas contra el ruido adecuadas. "Han colocado separadores viejos", señala Miguel Gómez, que cree que el sitio en el que se encuentra el negocio no es el adecuado. "Esto es para que esté en una gasolinera o una carretera".

sábado, 22 de diciembre de 2007

A Coruña se va a enfrentar al botellón con toque de queda.

A Coruña se va a enfrentar al... | El Correo Gallego - Diario de la Capital de Galicia

El Ayuntamiento prohíbe el botellón y las concentraciones en la calle que alteren el descanso de los vecinos entre las once de la noche y las siete de la mañana.

El botellón tiene los días contados en A Coruña, una de las ciudades que más ha padecido las concentraciones de jóvenes alrededor del alcohol ha decidido tomar una decisión radical. El Ayuntamiento prohibirá las concentraciones de personas en la calle entre las once de la noche y las siete de la mañana. En esa franja horaria se impondrá el toque de queda: ni alcohol ni ruido en la calle.

La Junta de Gobierno municipal aprobó ayer esta polémica ordenanza después de varios meses de análisis, protestas vecinales e incluso una concentración nocturna frente a la puerta de la vivienda del alcalde Javier Losada. Cuando acaben las fiestas de Navidades, el primer pleno del nuevo año dará la aprobación definitiva al texto, que entrará en vigor entre febrero y marzo.

Será entonces cuando la Policía tenga que intervenir en el momento en que se "perturbe el derecho de las personas al descanso nocturno" a partir de las once de la noche. El incumplimiento acarreará multas de entre 1.501 y 3.000 euros si hay alcohol de por medio, y de entre 751 y 1.500 si quienes se reúnan hacen demasiado ruido y alborotan a sus vecinos. Además, los ciudadanos deberán aprenderse rápidamente la lección. Un descuido será considerado falta leve: entre 200 y 750 euros. Las faltas graves y leves podrán ser sustituidas por trabajos comunitarios determinados por el Ayuntamiento o por la asistencia a cursos de prevención de riesgos del alcohol. La concejala de Asuntos Sociales, Nieves Vázquez, explicó que la ordenanza busca realizar una "labor preventiva".

Uno de los puntos polémicos de la normativa es la prohibición de la venta de alcohol entre las 22 horas y las 9, cuestión que había generado rechazo por parte del BNG. Vázquez reconoció que "a este gobierno no le gusta prohibir, pero tiene que regular un problema". Además, apuntó que "no sólo los menores acuden al botellón".

El propio alcalde había pedido hace un mes a las tiendas 24 horas que no vendiesen alcohol por las noches. A partir del próximo mes no lo podrán comprar quienes acudan al botellón ni quienes se queden sin una botella de vino para una cena familiar.

El teniente de alcalde, el nacionalista Henrique Tello, negó ayer en declaraciones a los periodistas que la ordenanza supusiese un toque de queda o la prohibición de reuniones en la calle.