Una tercera parte de la ciudad sufre demasiado ruido por la noche
La tercera parte de la ciudad está expuesta por la noche a niveles sonoros más altos de lo tolerable (niveles superiores a 69 decibelios), una proporción que, curiosamente, baja hasta el 24,6% por el día. Estos datos se desprenden del Mapa del Ruido elaborado por el Ayuntamiento de Alicante, y que se dio a conocer ayer.
Este estudio revela que el tráfico es el principal causante de contaminación acústica en la ciudad. Entre un 80% y un 90% de los ruidos que se producen en Alicante se derivan de la circulación rodada, explican los técnicos que han elaborado el Mapa de Ruido.
Las zonas más saturadas de circulación son, por tanto, las más sensibles a la contaminación acústica. El Centro, Villafranqueza y Urbanova son los barrios más ruidosos. La primera, por la alta densidad de vehículos que soporta, mientras que Villafranqueza tiene que soportar el paso de la A-70 y Urbanova es la zona más próxima al aeropuerto de El Altet.
Casi una cuarta parte de alicantinos (el 22,3%) sufren un nivel de ruido tolerable por la noche, es decir superior a 60 decibelios. Curiosamente, el porcentaje baja por las mañanas, hasta un 17,6%.
Una buena manera de frenar la contaminación sonora derivada de la circulación es a través de pantallas acústicas, que serían capaces de reducir entre cinco y diez decibelios el ruido, estimó el técnico. Estas medidas serían aplicables en zonas como la autovía, aunque serían casi irrealizables en el centro de la ciudad.
Una solución podría ser el soterramiento de las principales vías de comunicación de la ciudad, o reducir directamente el tránsito de vehículos. Si circulasen un 25% menos de coches por la ciudad, el ruido se reduciría en dos decibelios, explicaron los técnicos que han elaborado el informe.
Soterramiento
A largo plazo, el soterramiento de algunos ejes viarios, como la Gran Vía, supondría una reducción del índice medio de vehículos (IMV) en superficie del 75% y seis decibelios menos.
El técnico indicó que la realidad acústica de la ciudad «se asemeja bastante a las de otras ciudades medianas y grandes de tipo mediterráneo». Por ejemplo, el ruido en Alicante es inferior a la ciudad de Valencia, según los datos que maneja el Consistorio alicantino.
La concejal de Medio Ambiente, Asunción Sánchez Zaplana, destacó que Alicante es la primera ciudad de la Comunidad Valenciana que cuenta con un Mapa de Ruido, según marca la preceptiva directiva europea, en contra de las críticas que vertieron desde la asociación Ecologistas en Acción.
El Mapa de Ruido corresponde a los niveles medios registrados en la ciudad de Alicante durante todo un año a partir de distintas mediciones de larga y corta duración realizadas en diferentes puntos de la ciudad.
Con este estudio, «el Ayuntamiento tiene una herramienta para prevenir la contaminación acústica en la ciudad», indicó uno de los técnicos que ha elaborado las mediciones. De hecho, servirá para planificar en un futuro las obras públicas, de tal manera que se realicen con el menor impacto sonoro posible.
El primer ejemplo práctico se hará en la Zona Norte, en la elaboración de un plan de movilidad urbana sostenible basándose en los niveles que den las recreaciones virtuales del mapa de ruidos de los trazados viarios.
Pero al mapa acústico de la ciudad todavía le falta por detallar el ruido producido por otras actividades, como el ocio nocturno, y que tanto afectan a los vecinos.
Los técnicos explican que sería necesario realizar estudios puntuales en las zonas saturadas para conocer el problema y saber cómo atajarlo.
Este estudio revela que el tráfico es el principal causante de contaminación acústica en la ciudad. Entre un 80% y un 90% de los ruidos que se producen en Alicante se derivan de la circulación rodada, explican los técnicos que han elaborado el Mapa de Ruido.
Las zonas más saturadas de circulación son, por tanto, las más sensibles a la contaminación acústica. El Centro, Villafranqueza y Urbanova son los barrios más ruidosos. La primera, por la alta densidad de vehículos que soporta, mientras que Villafranqueza tiene que soportar el paso de la A-70 y Urbanova es la zona más próxima al aeropuerto de El Altet.
Casi una cuarta parte de alicantinos (el 22,3%) sufren un nivel de ruido tolerable por la noche, es decir superior a 60 decibelios. Curiosamente, el porcentaje baja por las mañanas, hasta un 17,6%.
Una buena manera de frenar la contaminación sonora derivada de la circulación es a través de pantallas acústicas, que serían capaces de reducir entre cinco y diez decibelios el ruido, estimó el técnico. Estas medidas serían aplicables en zonas como la autovía, aunque serían casi irrealizables en el centro de la ciudad.
Una solución podría ser el soterramiento de las principales vías de comunicación de la ciudad, o reducir directamente el tránsito de vehículos. Si circulasen un 25% menos de coches por la ciudad, el ruido se reduciría en dos decibelios, explicaron los técnicos que han elaborado el informe.
Soterramiento
A largo plazo, el soterramiento de algunos ejes viarios, como la Gran Vía, supondría una reducción del índice medio de vehículos (IMV) en superficie del 75% y seis decibelios menos.
El técnico indicó que la realidad acústica de la ciudad «se asemeja bastante a las de otras ciudades medianas y grandes de tipo mediterráneo». Por ejemplo, el ruido en Alicante es inferior a la ciudad de Valencia, según los datos que maneja el Consistorio alicantino.
La concejal de Medio Ambiente, Asunción Sánchez Zaplana, destacó que Alicante es la primera ciudad de la Comunidad Valenciana que cuenta con un Mapa de Ruido, según marca la preceptiva directiva europea, en contra de las críticas que vertieron desde la asociación Ecologistas en Acción.
El Mapa de Ruido corresponde a los niveles medios registrados en la ciudad de Alicante durante todo un año a partir de distintas mediciones de larga y corta duración realizadas en diferentes puntos de la ciudad.
Con este estudio, «el Ayuntamiento tiene una herramienta para prevenir la contaminación acústica en la ciudad», indicó uno de los técnicos que ha elaborado las mediciones. De hecho, servirá para planificar en un futuro las obras públicas, de tal manera que se realicen con el menor impacto sonoro posible.
El primer ejemplo práctico se hará en la Zona Norte, en la elaboración de un plan de movilidad urbana sostenible basándose en los niveles que den las recreaciones virtuales del mapa de ruidos de los trazados viarios.
Pero al mapa acústico de la ciudad todavía le falta por detallar el ruido producido por otras actividades, como el ocio nocturno, y que tanto afectan a los vecinos.
Los técnicos explican que sería necesario realizar estudios puntuales en las zonas saturadas para conocer el problema y saber cómo atajarlo.
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